mercredi 14 octobre 2009

Agosto en Santiago: los dos jardines

A partir de agosto Canela empezó a ir a un jardín infantil (Maternelle o Play group), donde tiene 11 compañeritos y compañeritas. Se integró rápidamente hasta ganarse el cariño de las tías y tener una par de copines.

Canela ha avanzado mucho en el lenguaje en español, en la casa tratamos de hablarle francés para que cuando retome en marzo de 2010 la enseñanza francófona, no esté tan perdida, n'est-ce pas?

Nicolás por su parte ha incorporado "aca", "da" y "ba ba". Leerlo con golpes de manos en cualquier superficie que se acerque.



Nos ha llamado la atención algunos términos que Canela usa al hablar.
Por ejemplo dice "en general, ...", "solamente", "distintivo", "específicamente".

Aquí aparece con su querido primer disfraz de hada, con alitas. La primera noche durmió con alitas.



Con la llegada de la primavera, la leche y las galletas ahora son en el jardín. Este es otro jardín: el de la casa de los abuelos.



Nicolás está feliz mostrando sus primeros dientes!!



Haciendo memoria, son hartos los momentos que han compartido el tío Dan y Canela en restaurantes del mundo. "La Petite France" es un restaurant en cercanías de Santiago, en el Cajón del Maipo donde Fernanda pasó gran parte de su infancia, donde se puede encontrar menú típico francés: soupe à l'oignon, boeuf bourguignon y crème brulée entre otros.

Julio en Chile

Pocos días después de llegar a Chile e instalarnos donde los abuelos, nos fuimos a la playa los 4. Visitamos Playa amarilla y Reñaca, donde Canela y Nicolás aprovecharon de jugar por primera vez juntos con arena.

Nicolás en el patio de la casa del abuelo Fernando.



Una de las principales diferencias de las playas chilenas con las de Bélgica, donde pasó sus primeros meses Canela, es que el sol se acuesta en el oeste.
Es natural orientar la toalla de playa hacia el sol o hacia el mar: es lo mismo! En Blankenbergue era usual ver las toallas orientadas para cualquier parte.

Es casi tan pintoresco como cuando uno nota que las sillas y mesas de terraza en los cafés parisinos están orientadas justamente hacia la calle. Al conversar un café, las miradas van hacia los transeúntes.



Jugando con la arena en Reñaca.